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A todo el mundo le gustan los héroes. Pero son los villanos los que nos dan envidia. Ya sea históricamente o en la cultura popular, el mal siempre ha molado. En secreto, codiciamos su poder. En privado, ansiamos su brillo.
Es comprensible. Al fin y al cabo, la negatividad es un instinto humano natural, atractivo e innato. Un contrapunto esencial a la positividad. El yin y el yang. Quizá no apreciaríamos uno sin el otro.
Pero a veces, es fácil sentir que la negatividad está ganando. Las guerras, el cambio climático, la avaricia, la gente que se da por vencida, etcétera. El yang supera al yin.
Es entonces cuando podemos sentirnos abrumados. Sentirnos bajos, vencidos. Y es precisamente entonces cuando necesitamos un empujoncito. Para despertar la bondad de nuestro corazón, al que le encanta perderse en su propio mundo idílico. Incluso la primera ley de Newton está de acuerdo: "Un objeto permanece en reposo o en movimiento a menos que se vea obligado a cambiar su estado por la acción de una fuerza externa".
En cierto modo, esperamos que Xoxoday haya sido esa fuerza externa para sus equipos cuando realmente importaba. Ya sea a través de la magia de las conexiones (empleados), el milagro de la motivación (socios de canal) o la alegría de la reciprocidad (recompensas), esperamos haber podido inclinar un poco la balanza. Haciendo que el vaso parezca siempre medio lleno, nunca medio vacío. Haciendo que cada día sea gratificante.
Tras la pandemia, volveremos a necesitar a nuestros héroes cuando un nuevo mundo intente recuperar el sentido común y la cordura. Cuenta con nosotros para hacer de animadora cada vez que te levantes y te pongas al frente.
Brindemos por 2025. Por un poco más de yin. Y un poco menos de yang.
